Con la aplicación de nuestros sistemas de protección pasiva contra el fuego añadimos a los elementos estructurales mayor estabilidad y resistencia.

  La importancia de proteger las estructuras portantes metálicas es vital. La acción del fuego sobre el acero modifica la plasticidad del mismo, perdiendo la estabilidad de la estructura, la resistencia mecánica y soportando tensiones mayores.

 Para conseguir que las estructuras metálicas, ante la acción del fuego, obtengan la estabilidad requerida es necesario revestirlos con un material aislante térmico que disminuya de forma efectiva el flujo de calor.

 Cada superficie requiere un tratamiento diferente dependiendo de las características de los materiales a proteger y, por lo tanto, de la carga combustible que represente.

 Asesoramos y aplicamos el procedimiento específico requerido según la normativa vigente, para conseguir la protección pasiva exigida (desde 30 a 240 minutos) contra la acción destructiva del fuego.

La estabilidad de un edificio o instalación depende del comportamiento de los elementos frente al desarrollo de un incendio, las elevadas temperaturas pueden provocar el colapso de los mismos.